Me impresionan las simples ocurrencias, pero poco antes de las vacaciones de verano escuché o leí ocurrencias no tan simples que a pesar de ello me impresionaron:
1. Está Bart Simpson en el cine, sentado al lado de la barriga de su padre, ambos comiendo palomitas y viendo una peli en tres dimensiones, y el crío pelosierra y amarillo suelta: “¡Uuuuuaaaaaaauuuuuu, qué pasada! ¡Ojalá la vida real también fuera en 3D!”
Y digo yo: sí, ojalá lo fuera.
2. No me impresiona que Juan Carlos Gafo, en un alarde de ensalzamiento de la marca España, soltara aquello de “catalanes de mierda”; pero sí me impresionó lo que escribió, en contestación a ello, Francesc Bonastre en el Periódico: “Si los catalanes desean dejar de ser “una mierda”, la única opción es la independencia”.
Y digo yo: ¡cuántas lecturas se pueden hacer!,… una de ellas me recuerda peligrosamente el ping-pong.
3. Y ésta va de arte. Hablando sobre el afán actual hacia el pasado, hacia lo “retro” o “vintage”, en la editorial de la revista Fluor, revista de cultura contemporánea altamente recomendable para la salud cognoscitiva, se citaba la siguiente frase: “La basura de nuestros días es el coleccionismo del futuro”.
Y digo yo: que en numerosas ocasiones he dicho, incluso escrito, que mi gran vocación frustrada es la de trapero y chatarrero; (la de afilador y la de señor del carrito del “mantecao helao” también).
Durante las vacaciones estuve viajando por las Españas españolas y el azar me ofreció sencillos acontecimientos, al cual más impresionante:
1. Íbamos mi coche y yo, ambos dos y yo dentro de él, rodando por una carreterilla de El Bierzo en busca de oro a Las Médulas, cuando se nos presenta el rótulo de acceso a un (aparentemente) sencillo pueblecillo que obligó a mi cuatrirecauchuto compañero a parar para que yo tuviera ocasión de tomar una memorable instantánea que diera fe del topónimo correspondiente a tan curioso lugar: “Villalibre de la Jurisdicción”.
Y digo yo: Con todos mis respetos para con sus lugareños, ¿será paraíso y refugio ocasional para algún chorizo nacional? (Sé que es un chiste fácil, pero a la vez inevitable).
2. Un poco más allá, muy cerca, donde el oro ya lo birlaron los locos romanos hace siglos, otro rótulo obliga a abrir y cerrar el ojo de mi cámara (la grande, la que pesa y te hace andar como en reverencia) para obtener la instantánea de un texto más que claro, escrito por un tendero escrupuloso que intentaba vender productos de la tierra de forma legal, a diferencia de sus vecinos “enchufaos” de las autoridades competentes, que como vulgares “lateros”, impunes, vendían productos y hacían comidas sin ninguna clase de control y garantía. Para leer el texto del rótulo vean la imagen.
Y digo yo: O el vecindario está empadronado en Villalibre de la Jurisdicción, o los rotulistas, por la proximidad de ambas poblaciones, se han equivocado al ubicar las señales de acceso a ellas. Por cierto, a tan cuerdo tendero le compré un Cuturrús excelente (Por si a alguien le suena a otra cosa, aclaro que se trata de un licor ancestral de la ciudad sin ley).